Esta mañana por fin he podido ver el AR.Drone de Parrot en acción, el "juguete de nueva generación" que se ha sacado de la manda la compañía de sistemas de manos libres para el coche. Para quien no lo conozca, podemos resumir el AR.Drone como una integración entre el aeromodelismo, la "realidad virtual" y el uso del móvil: controlar un helicóptero a través del teléfono (de momento sólo iPhone, iPod Touch o iPad) y tener en la pantalla lo que captura su cámara con elementos virtuales superpuestos, lo que se plantea como una oportunidad para construir juegos.
Con AR.Drone me he quedado con dos sensaciones: una es que va fantástico, es estable, responde a las órdenes con facilidad, resiste golpes, la integración con el móvil es genial... pero también que es un juguete caro (quizás no tanto si lo comparamos con la inversión que se hace en aeromodelismo, pero sí si lo pensamos como juguete para el niño) y que la autonomía de apenas 12 minutos es bastante escasa para desarrollar juegos más o menos interesantes. Serán 300 euros a partir de final de Agosto en España.
En cuanto a modelo de desarrollo, presumen de ser abiertos y ofrecer código con licencia libre para atraer desarrolladores que quieran migrar a otras plataformas no Apple y construir juegos encima que puedan comercializar en las respectivas tiendas de aplicaciones. No tengo muy claro sí AR.Drone tiene un camino de éxito comercial por delante por aquello de partir de sólo el público que tiene un iPhone y un precio alto, pero sí que Parrot necesita hacer más cosas además de manos libres para el coche (algo que a largo plazo dejará de tener recorrido) y que, en lo que a juguetes digitales se refiere, nada me había entrado tanto por el ojo desde el Pleo.
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