31 dic 2009

Los inventos que no fueron

La industria de los artefactos electrónicos está llena de maravillas. Los pequeños dispositivos tecnológicos hacen que nuestra vida sea casi futurista. Pero para llegar a esos éxitos hubo que dejar atrás algunos fracasos estruendosos.


Empecemos con el Nano-Mouse. Si todo va a ser cada vez más chiquito, por qué no achicar también el ratón. ¡Porque es incómodo! Es como achicar la manija de las tazas, las teclas del piano... es, en síntesis, una mejora que empeora. Sigan participando.

Otro error comparable es el del iPod Dock iLuv i9500. Se trata de un equipo que permite adosarle el iPod para gozar de los gigas y gigas de música a través de un equipo de sonido, en vez de usar los auriculares. Ahora... ¿para qué agregarle un CD? ¿Y cuatro?

Y qué les parece el TwitterPeek: un aparato cuya única función es twittear. Pena que cueste más de 200 dólares y haga algo que se puede hacer con cualquier teléfono celular o netbook.

¿Y se acuerdan del Segway? Era un aparato que iba a revolucionar para siempre la vida en el planeta tierra. La revolución global del transporte humano. Terminó siendo un monopatín de 3.000 dólares.

La lista es enorme: incluye el mouse-cat, el pad para tocar la batería con los dedos y hasta un juguete sexual para perros.

Ingrese en las fallidas páginas de la Galería de los Peores Gadgets y corrobore que es mentira que no hay ideas estúpidas.

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